Talleres, otra chance que no fue

Muchas son las sensaciones que tienen hoy los hinchas de Talleres tras la derrota con Patronato, en la final de la Copa Argentina. Los mas de 30 mil que viajaron a Mendoza y cada uno de los que lo siguió en donde se encontraba, fueron testigos de como otra final se esfumo de entre las manos.

Ya en la venta de entradas, se sabía que el marco serio imponente; algo cumplido con creces, en un estadio que lucio repleto de hinchas de la T, en una provincia que miraba con asombro semejante capacidad de convocatoria, algo que, según los locales, movimiento que solo se da cuando vienen Boca o River, para que dimensionemos lo narrado. Pero una vez más, como el año pasado, Talleres cayo por impericias propias, de esas que mostro en su año “montaña rusa”, que lo llevo a cambiar dos veces de técnico, a jugar un flojo torneo local y a la vez en cuartos de Libertadores.

Ese Talleres que jugo un primer tiempo para ilusionarse, pero que se quedó anémico ofensivamente justo en el día que más lo necesito. En el futbol sabemos lo que suele pasar en situaciones como esta; los goles que no haces, te los hacen y esa profecía se cumplió, en una jugada que dio motivo para que Banega, autor del gol de rebote, vaya al casino y haga saltar la banca.

Además de la posibilidad de campeonar, ayer Talleres perdió mucho dinero, el que cobraba si ganaba, el de la supercopa en Abu Dabi y los más de seis millones de dólares por no jugar Libertadores en el 2023. No obstante, ello, Córdoba sigue sin poder tener su campeón en primera del futbol argentino. Hoy que todo es negro y cuesta hacer análisis, el hincha de Talleres sabe que cuando pasen las horas, se entenderá, que más allá del dolor, jugar finales seguido, tarde o temprano hará que el tan ansiado y “merecido” título llegue.

Finalmente, llego la hora para que la dirigencia de Talleres elija un Manager para que definan el destino deportivo, elijan un entrenador y rearmen un plantel que seguramente tendrá bajas y necesitara altas, cuanto antes y en tiempo, para no repetir errores del comienzo de año, donde Talleres regalo veinte días de pretemporada sin entrenador y no tuvo nunca a la altura física en plenitud durante todo el año.