Alerta por una nueva erupción del volcán Kilauea

El volcán Kilauea, ubicado en Hawaii, registró una nueva erupción explosiva que liberó una potente fuente de lava incandescente que alcanzó hasta 365 metros de altura. El fenómeno duró aproximadamente nueve horas, según reportaron el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) y el Observatorio de Volcanes de Hawái.

La violenta emisión de material volcánico correspondió al vigésimo octavo episodio eruptivo del Kilauea desde el año pasado.

Durante el evento, la actividad volcánica generó fuentes de lava de hasta 300 metros, acompañadas de espesas nubes de humo y una intensa emisión de gases volcánicos, como precisaron los expertos del observatorio, con sede en el Parque Nacional de los Volcanes del archipiélago.

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Los peligros de la erupción

Las autoridades emitieron un alerta sanitaria por la aparición de los llamados “cabellos de Pele”, delgados filamentos de vidrio volcánico que surgen en medio de fuentes de lava.
Volcán Hawaii

Estos fragmentos, que pueden ser transportados por el viento, representan un riesgo para la salud humana y animal. Si se inhalan o entran en contacto con la piel o los ojos, pueden causar cortes, irritaciones y efectos tóxicos.

Junto con esta advertencia, también señalaron el peligro que representan los gases volcánicos, cuya concentración puede llegar a las comunidades cercanas y afectar la calidad del aire en los alrededores.

Desde diciembre, el histórico volcán entró en erupción 28 veces, algo inédito en el mundo. Se trata de uno de los volcanes con mayor actividad del planeta en la actualidad.

El volcán Lewotobi Laki Laki también entró en erupción

El Kilauea no fue el único volcán en actividad durante la semana. El Lewotobi Laki Laki, situado en Indonesia, también desató una poderosa erupción el lunes, que atrajo la atención de los medios internacionales.

El fenómeno generó una columna de cenizas de aproximadamente 18 kilómetros de altura, superando ampliamente el nivel habitual de los vuelos comerciales intercontinentales, que se sitúan entre los 10 y 12 kilómetros de altitud.

Las autoridades locales mantuvieron el nivel de alerta más alto desde junio, cuando una explosión similar provocó una nube de cenizas de 10.000 metros. En aquella ocasión, la emergencia llevó a las autoridades a ordenar la evacuación de todos los poblados ubicados en un radio de ocho kilómetros del cráter.

Ambos episodios reforzaron la preocupación de los organismos internacionales sobre el comportamiento de los sistemas volcánicos activos, y subrayaron la necesidad de monitorear constantemente sus variaciones.

Fuente: Ámbito.