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Impacto y dolor en el rugby, cómo murió el jugador samoano

Kelly Meafua tenía 31 años y se desempeñaba en el USM, de la segunda división de Francia. Los detalles que se conocieron del triste desenlace.

Deportivo 11 de mayo de 2022
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Nadie sale del estupor, aunque tampoco les resulta tan extraño lo que pasó.

A casi 630 kilómetros al sur de París, y no tan lejos de la frontera con España, la ciudad de Montauban, y especialmente el USM, viven momentos de congoja, incredulidad y emoción. Nadie sale del estupor, aunque tampoco les resulta tan extraño lo que pasó. “Porque Kelly era así: nunca se tomaba nada en serio”, lo describe en la despedida David Gerard, entrenador del Union Sportive Montauban, el club de rugby de la segunda división de Francia que hasta el sábado cobijó y disfrutó de las ocurrencias del tercera línea samoano Kelly Meafua.

VP2GVIDRQJEOTDRIYON7LGS6VULa dspedida a Kelly Meafua en el estadio del Montauban.

Familiares, compañeros de equipo, amigos y allegados, unas 500 personas, aproximadamente, le brindan el úlltimo adiós al rugbier de 31 años en el campo de Sapiac en un lunes que nadie imaginaba. El pueblo, de 60.000 habitantes, se enteró mediante las redes sociales y algunos medios de prensa del trágico desenlace en la madrugada del sábado. Una noche de festejo que derivó en tragedia. Meafua fue parte del equipo que derrotó por 48-40 a Narbonne. Y los jugadores tuvieron la autorización para salir a festejar. Algo normal. Ya habían cumplido su misión. Lo que nadie preveía fue lo que sucedería cuando el jugador cayó al agua del río Tam desde el Puente Viejo. Volvía en plena madrugada con varios compañeros de equipo de un boliche y se produjo el fatal desenlace. Su cuerpo fue encontrado algunas horas después, ya sin vida. Los bomberos fueron alertados de dos personas que se habían tirado al agua, aparentemente después de salir de una discoteca.

KNHQPFTE4RBAPADZU6Z22QK6UUEl Puente Viejo, de Montauban, escenario de la tragedia del rugbier samoano Meafua.

“Kelly era un tipo querido por todos, simpático, todo el día bromeando”, apunta Gerard, entrenador del USM, uno de los que habló en el triste adiós a Meafua. En el campo del estadio se instalaron banderas samoanas y una foto gigante con su imagen que le prepararon los hinchas del equipo. Lo calificaron como el mejor octavo de la categoría, algo que suscribe Jean-Claude Maillard, presidente del club. Meafua Jugó 24 partidos en Montauban y marcó 8 tries.

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¿Qué pasó finalmente, o lo que se infiere a partir de las primeras investigaciones? Los entretelones de la noche trágica permiten reconstruir la escena. El viernes, el Montauban ganó su partido contra el Narbonne. No era un triunfo más: el equipo arrastraba una seguidilla de tres derrotas consecutivas. Entonces, la victoria fue tomada con mucha euforia por el grupo. Se propusieron salir a festejar. “Una cerveza, como es tradición para celebrar la victoria y para agasajar a los chicos que se van al final de la temporada”, relató uno de los compañeros de Meafua al diario francés L’Equipe

EQHYENSEGJA25LXVPAC5R3ZYK4 Kelly Meafua, en sus tiempos en Waratahs, en Australia.

Noche de discoteca y festejos prolongados. Varios de los jugadores, a la salida del boliche, se quedaron por la zona céntrica de Montauban. Estaban Kelly Meafua, su compañero Christopher Vaotoa y el excompañero Saia Fekitoa, que curiosamente ahora juega en Narbonne. El trío regresa caminando y cantando, hasta que llegan al Puente Viejo, a unos 25 metros de altura del río Tam. La descripción de los investigadores es elemental: “Meafua es corpulento, como todo rugbier. Con sus casi 2 metros y 120 kilos de peso, no es una persona convencional. La altura de las barandas del puente para una persona de 1,70 no son lo mismo para un gigante como él, reflexionan quienes llevan el caso de la muerte de Meafua. Apuntan que la baranda le llega a la mitad de los muslos, para tomar dimensión de lal escena.

Lo que sigue es dramático. No se sabe si Meafua, en medio de una broma, cayó desde el puente o si se tiró al agua a propósito. Para los investigadores, de acuerdo con algunos testigos y declaraciones, el samoano les dijo a sus amigos: “Miren, miren, voy a saltar”. Hasta ahí, el relato coincide. Lo que no está claro es si realmente lo hizo o si amagó y de pronto perdió la estabilidad. Meafua cayó al agua y sobrevino la desesperación, el pánico. Detrás suyo se arrojó al agua Christopher Vaotoa para ayudarlo. El tercero, Saia Fekitoa, que estaba “muy borracho” según un testigo, fue abrazado por una persona desconocida. Que quizá le haya salvado la vida.

Con la llegada de los bomberos, un grupo táctico de buzos, a bordo de un gomón, buscó rescatar a los dos rugbiers. Tuvieron suerte con Vaotoa, que estaba con signos claros de hipotermia y muy cansado, tras lo cual fue hospitalizado. Poco a poco, según el relato de testigos, fueron llegando al lugar el coach del equipo y varios jugadores, alertados de lo que habá sucedido y esperando que se produjera el otro rescate. “Fue muy duro...”, dijo el entrenador Gérard respecto de ese momento. Eran cerca de las 7 de la mañana.

Aproximadamente a las 8.45, llegó la noticia que nadie quería escuchar: se confirmó la muerte de Kelly Meafua, cuyo cuerpo había sido recuperado. La fiscalía de Montauban busca definir las causas exactas de su muerte. y se encuentran en proceso la autopsia y los análisis toxicológicos. Se descuenta la presencia de alcohol y no se descarta la posibilidad de que hubiera consumido drogas. En el club, sólo piensan en “una muerte por ahogamiento”. Los investigadores hablan de una muerte accidental, descartaron la hipótesis de un suicidio.

Paralelamente, el drama familiar. Cuando el cuerpo de Meafua fue rescatado, entre todos los presentes estaba la esposa del jugador. Lucía desvastada. Tenían 3 hijos e iban a ser padres nuevamente. Además, Kelly tenía otros cuatro hijos en Australia. El presidente del club hizo referencia en la despedida al permanente pedido de dinero de Meafua, que “le adelantara cuotas. Esa era su vida. Quizá con mucha angustia encima por cumplir. Y quizá también por eso siempre vivía bromeando, como si fuera un chico, para olvidarse de las cosas que lo preocupaban”.

Ante la situación familiar, el capitán del Montauban, Stéphane Munoz, creó un fondo solidario para colaborar con la familia de Kelly. “No era un millonario, sino un trabajador”, señaló.

Meafua no sólo jugó en el USM: llegó a Francia en 2015 y también lo hizo en Aix-en-Provence, Carcassonne, Béziers, Dax, Agen y Nevers. Muchos excompañeros acudieron a la despedida en Montauban. “Era un jugador fenomenal, que lo daba todo”, dijo uno de ellos. El coach, en tanto, lo describió como lo sentía: Puedo verlo en este mismo momento riéndose de todos nosotros en la cara. Todo era un juego para él. Hasta que el último se convirtió en un drama...”.

Varios de sus compañeros reconocieron que siguen esperando despertarse al día siguiente y sentir que todo ha sido nada más que una pesadilla. “Kelly era un jugador muy apreciado por todos, su alegría de vivir era comunicativa y radiante. Hemos perdido a un jugador, un amigo, un hermano”, escribió el club en su cuenta de Instagram.

Otro compañero, que supo salir muchas veces de festejo con él, siente remordimiento y describe una situación que puede clarificar aún más lo que pasó. Kelly pagó por nosotros... La cantidad de veces que fuimos tontos cuando volvíamos de las fiestas....

Fuente: La Nación Deportes.

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