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La mamá de la niña del meme más famoso confesó su arrepentimiento

Qué impacto tuvo la fama de la niña en la familia.

ViralAyer
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La mamá de la niña del meme más famoso confesó su arrepentimiento.

A esta altura es casi imposible no tener registrada en la memoria la expresión de desdén y displicencia de la niña Chloe Clem o Side-Eyeing Chloe. Su video casero se convirtió en 2013 en un fenómeno viral en las redes y su imagen sigue circulando sin pausa en el mundo digital. La artífice de este fenómeno fue Katie Clem, su mamá, quien decidió grabar la llamativa e inconfundible expresión al anunciar un viaje sorpresa a Disneyland. Ahora, como cuenta una nota de El Comercio de Perú, la mujer reflexiona sobre las consecuencias que tuvo su idea y cómo impactó tanta exposición en el desarrollo de su hija.

El origen del meme

En el viaje de vuelta del colegio, Katie decidió contarle a sus niñas, Chloe y Lily, que en lugar de asistir a clases, irían a Disneyland. Mientras Lily comenzó a llorar de la emoción, Chloe lanzó ese gesto de rechazo y desconcierto que conquistó Internet. Katie decidió subir el video a Youtube y en cuestión de semanas, la imagen de Chloe ya había circulado por infinidad de chats y publicaciones.

El impacto para la familia

Ya a los pocos días de subir el hallazgo, Chloe, que tenía solo 2 años, comenzó a ser reconocida en lugares públicos. “La gente se acercaba a ella en Disneyland para pedirle fotos. Fue una locura”, confiesa Katie. Esta exposición, reconoce, fue muy difícil de manejar. Pero, al mismo tiempo, generó un inesperado respaldo financiero. La mujer cuenta que esto le permitió obtener acuerdos comerciales con distintas marcas. Hasta que en 2021 vendió la imagen como token por cerca de US$ 71.000. “Pasamos de estar en una situación económica muy difícil a poder pagar todas las cuentas, comprar un auto nuevo y ahorrar para la educación de Chloe”, enumera la mamá.

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La contracara de la fama

Los años siguientes Katie siguió su hábito de subir en distintas plataformas videos y fotos de sus hijas. Y, por supuesto, esto reforzó la fama y los likes. “No pedía el consentimiento de mis hijas. Simplemente subíamos vídeos porque era divertido”, admite. “En un principio era emocionante, pero llegó un momento en que me di cuenta de que estaba forzándolas a hacer algo que ya no querían”, explica. Además, a la distancia, Katie reflexiona sobre el impacto que la fama pudo tener en sus hijas. “¿Hice todo bien? ¿Hice todo mal? Me pregunto si algunos comportamientos de mis hijas hoy son consecuencia de lo que vivimos hace años”, dice con sinceridad.

De todas maneras, Chloe, que ahora de 14 años, considera el meme como una parte divertida de su infancia y no siente remordimiento hacia su madre. Ahora, además, Katie solo publica foto de sus hijas que antes fueron consensuadas con ellas. “Ya no me importa impresionar a la gente en Internet. Ahora todo lo que hacemos es muy intencionado y acordado”.

Fuente: Clarín.

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