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Se trata de un gesto cargado de simbolismo y que muchas personas repiten en la medianoche; la intención es abrirle la puerta al amor en el año que comienza.
ViralAyer
Con la llegada del Año Nuevo, muchas personas se disponen a cerrar la Nochevieja con distintas tradiciones que, según la creencia popular, pueden impulsar la prosperidad, el éxito y, sobre todo, la buena fortuna en el plano afectivo. Entre esos rituales que resurgen cada diciembre, uno en particular ganó un fuerte protagonismo entre jóvenes de distintos países: la curiosa costumbre de meterse debajo de una mesa con la intención de atraer una pareja en los meses posteriores a las fiestas.
Aunque no se conoce con precisión de dónde proviene esta tradición, suele vincularse con el deseo de atraer el amor, afianzar un vínculo que ya está en marcha o incluso potenciar las posibilidades de que una relación incipiente se convierta en algo más estable. De este modo, el gesto simbólico de ponerse bajo la mesa funciona como una especie de llamado a la energía romántica para el año que comienza.
La tradición indica que el momento exacto para realizar este ritual es cuando el reloj marca la medianoche. Apenas comienzan las campanadas que anuncian el inicio del nuevo año, quienes desean atraer el amor o aumentar sus posibilidades de encontrar pareja deben colocarse debajo de la mesa y permanecer allí hasta que finalicen esos segundos clave. La idea es recibir el primero de enero desde ese lugar, como un gesto simbólico de apertura a nuevas oportunidades afectivas.
Para quienes ya están en pareja, la creencia toma un matiz distinto: si la otra persona decide ponerse debajo de la mesa, el gesto puede entenderse como un buen augurio para la relación. Según la superstición, esa acción refleja el deseo de fortalecer el vínculo, proyectar compromiso y dar paso a un año donde la conexión entre ambos se vuelve más sólida.
En cuanto a la postura que debe adoptarse una vez allí, no existen reglas estrictas ni rituales complejos. Lo único a tener en cuenta es hacerlo con cuidado y evitar golpes o movimientos bruscos. Basta con ubicarse de manera cómoda y segura, dejando que el simbolismo del momento haga el resto.
Alrededor del mundo, la llegada del Año Nuevo viene acompañada de una gran variedad de rituales cargados de simbolismo. Muchos de ellos se transmiten de generación en generación y, aunque cambien según el país o la cultura, todos comparten una misma intención: abrirle paso a un nuevo ciclo con prosperidad, estabilidad emocional, amor, salud o abundancia. A continuación, algunos de los más destacados:
1. Comer 12 uvas
Las uvas suelen asociarse con la buena suerte y la prosperidad. Por eso, cuando llega la medianoche, muchas familias comen 12 uvas mientras piden un deseo. La tradición sostiene que ese gesto ayuda a recibir el año con abundancia y buenas oportunidades.
2. Tener lentejas en los bolsillos
En distintos países, especialmente en América Latina, las lentejas representan riqueza y prosperidad económica. En Colombia, por ejemplo, es habitual repartir un pequeño puñado para que cada persona lo guarde en los bolsillos y atraiga estabilidad económica durante el nuevo año.
3. Usar ropa interior de un solo color
La elección del color de la ropa interior en Nochevieja también forma parte de los rituales más conocidos. Se cree que cada tono puede influir en el año entrante:
4. Salir con una valija
Otro ritual muy popular consiste en salir a la calle con una valija —vacía o llena— justo después del brindis. Según la tradición, este gesto ayuda a atraer viajes, nuevas experiencias y movimiento durante el año entrante. Como sucede con la mayoría de las tradiciones, cada persona elige las que más resuenan con lo que desea atraer. Más allá de su efectividad, estos rituales funcionan como una manera de cerrar el año con intención, esperanza y un pequeño guiño simbólico hacia los deseos que se quieren cumplir en el ciclo que recién empieza.
Fuente: La NAción.

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