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Día Internacional de la Mujer: cuál es la brecha salarial actual

Según un reciente informe elaborado por CEPA, la brecha entre la tasa de desocupación entre hombres y mujeres logró reducirse.

Sociedad 08 de marzo de 2022
mujer trabajo
Los datos muestran que aún se presentan asimetrías que restan saldar.

El 8 de marzo convoca una jornada de lucha de las mujeres por la reivindicación de sus derechos. Uno de ellos que aún no logra saldarse en el camino de la igualdad, se relaciona a la brecha laboral que día a día viven las mujeres en todo el mundo pero sobre todo en Argentina. Un reciente informe elaborado por el Centro de Economía Política (CEPA) allana el camino para comenzar a abordar la dificultad de la problemática.

Para analizar las brechas dentro del mercado de trabajo, CEPA utilizó datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicadas por INDEC, con el último dato disponible al tercer trimestre del 2021. Si bien la tasa de desocupación general sobre las personas económicamente activas fue del 8,2% -1,5 p.p por debajo de los niveles pre pandemia-, aún presenta asimetrías que restan saldar.

Desocupación

  • Disminución de la tasa de desocupación de las mujeres respecto al tercer trimestre de 2019 fue mayor que la de los varones. (la desocupación en mujeres cayó 1,8p.p mientras que en hombres, 1,2 p.p).
  • La brecha entre la tasa de desocupación de los varones y la tasa de desocupación de las mujeres se redujo. En el tercer trimestre del 2020, la distancia fue de 2,5 puntos (13,1% la desocupación en mujeres vs 10,6% en varones). En el 2021, la diferencia es de 1,3 puntos (9% mujeres vs 7,7% hombres).
  • Personas jóvenes: en la pandemia, la tasa de desocupación de las mujeres entre 14 y 29 años fue del 23,1% y de 19,8% para los varones del mismo rango etáreo.
  • Con la recuperación económica del 2021, se pudo observar una disminución en las brechas de acceso al mercado de trabajo. Esto refuerza una realidad importante, que las crisis económicas tienen en términos generales un impacto desigual sobre las mujeres con respecto a los varones, a raíz de las desigualdades estructurales subyacentes", detalló el informe.

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Informalidad laboral

A pesar que la tasa de informalidad general se redujo 1,9 p.p. respecto al 2019 y que en los varones disminuyó 3,6 p.p., cuando revisamos dicha tasa en el mundo de las mujeres, se observa que se mantuvo en el mismo nivel y además se ubica por encima al de los varones, manteniendo esta relación constante hace más de 6 años.

"La salida de la doble crisis generada por las condiciones macroeconómicas que dejó el gobierno anterior y la pandemia del Covid-19, fue con una recuperación del empleo lo cual también implicó la reactivación de puestos de trabajo informales. En el caso de los varones, la tasa de informalidad se recortó con respecto a niveles pre pandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo periodo de 2019). Sin embargo, en las mujeres, este indicador volvió al mismo punto que en 2019, al registrarse un 36,0% de informalidad. No solamente se sostuvo el nivel de informalidad en las mujeres, sino que se profundizó el diferencial entre la informalidad de varones y mujeres, ascendiendo de 1,8 p.p. a 5,4 p.p. Es decir, la mejora en la informalidad no se registró en las mujeres ocupadas y con esto, se profundizó la brecha en la tasa de informalidad, demostrando que las mujeres tienen menor acceso al mercado de trabajo, y cuando acceden generalmente lo hacen a trabajos de mayor informalidad y peor remunerados", expresó CEPA.

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Brecha de ingresos

La brecha de ingreso es un indicador que condensa las asimetrías del mercado laboral entre mujeres y varones, que se ven reflejadas en sus niveles de ingresos. La brecha salarial resulta de la comparación de masas salariales (cantidad de horas por salario), por lo cual influye en dicha brecha la cantidad de horas trabajadas por varones y mujeres, como así también el valor hora percibido. En efecto, los factores que inciden en la cantidad de horas trabajadas con remuneración y en el valor de esas horas trabajadas son diversos, a saber:

  • la tasa de participación en el trabajo remunerado;
  • la segregación vertical y horizontal, que impacta en valor de las horas trabajadas;
  • las horas que le dedican al trabajo no remunerado;
  • la informalidad laboral.

Según datos oficiales, las mujeres trabajan en general entre 4 y 12 hs remuneradas menos que los varones. Por otro lado, de acuerdo a la Encuesta de Uso del Tiempo del INDEC (2013), las mujeres dedican 3 horas diarias más que los varones a los trabajos de cuidado no remunerado (cuidado de niños, niñas, personas mayores, limpieza, cocina, etc.). La desigual distribución de los trabajos de cuidado no remunerado, implica que las mujeres dispongan de menos horas que prestar en el mercado de trabajo remunerado. Esta situación se evidencia al analizar las tasas de actividad: la tasa de actividad femenina al tercer trimestre de 2021 ascendió al 50,4%, mientras que la de los hombres se ubicó en 69%, sosteniendo una diferencia de casi 20 puntos porcentuales.

Por otro lado, las horas de trabajos feminizados (que son ocupaciones con carga de cuidado) se encuentran peor remunerados, y ello se expresa en un fenómeno denominado segregación horizontal o paredes de cristal. Otra variable que influye en las brechas de ingresos es la segregación vertical o techos de cristal, lo cual implica que las mujeres se enfrentan a una barrera “invisible”, pero absolutamente real, para acceder a puestos jerárquicos y de decisión, que además son los puestos mejor remunerados dentro de cada sector. Por ejemplo, un trabajo de la Jefatura de Gabinete de Ministros, demostró que en la alta dirección pública, la relación es de 44% mujeres y 55% varones, mientras que en los cargos superiores la distancia es de 22% mujeres y 78%, varones, la cual es una relación que se sostiene de hace varios años.

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Cuando se analiza el comportamiento de las brechas de ingreso en el 2021 se observa que, al igual que la tasa de informalidad, las brechas en el ingreso personal e ingreso por ocupación principal se mantuvieron en niveles similares a los del 2019. Al analizar los ingresos por ocupación principal (aquellos ingresos que corresponden a la actividad laboral principal) los varones percibieron un 25% más de ingreso que las mujeres. Esta brecha se profundiza a 28,4% cuando se observa el ingreso personal (ingresos laborales y no laborales como pensiones, jubilaciones, cuotas alimentarias, entre otros). Sin embargo, esta cifra es levemente inferior a la que se registraba en el tercer trimestre de 2019 (29,0%), lo cual se podría adjudicar a una mejora en el acceso a ingresos complementarios al ingreso laboral para las mujeres.

Salarios informales

Por último, el informe de CEPA se refiere a la brecha de ingresos entre las personas asalariadas informales. Según el informe, no solo se profundizó respecto al tercer trimestre del 2019 y 2020, sino que alcanzó el mayor nivel de los últimos 5 años. Los trabajadores informales varones perciben un 38,2% más de ingresos que las mujeres. En contraposición, la brecha de las y los asalariados formales es del 19,6%, manteniéndose en el mismo nivel de los últimos cuatro años y ubicándose en la mitad de la brecha informal.

"Resulta imprescindible y necesario que la recuperación económica contemple no solamente el acceso al mercado de trabajo de las mujeres y diversidades, sino que sea con igualdad y equidad. El acceso no alcanza, si no se promueven a mujeres en puestos con poder de decisión, si no se promueven políticas que distribuyan los cuidados de manera compartida e infraestructuras con perspectiva de géneros, que permitan a las mujeres y disidencias insertarse en el mercado de trabajo formal con salarios dignos", concluyó CEPA.

Fuente: Ámbito.

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