tps radiotps tvstreaming web

Recordamos la noche más oscura de The Who: Un show con 20 canciones y 11 muertos

Mientras los británicos brindaban su show… fuera del Riverfront Coliseum, en Cincinnati, se desató una tragedia que marcó para siempre la historia del rock.

Insert Coin 10 de marzo de 2023 Peluca Guzmán
Getty_TheWho
La banda "The Who".

El 3 de diciembre de 1979 a las 17 horas hacía un año y un par de meses que The Who había editado Who Are You, su octavo álbum de estudio y el que más rápidamente escaló en las ventas desde los comienzos del grupo, y en unas horas, tres de las canciones incluidas en él -Sister Disco, Music Must Change y el hoy clásico de clásicos que le daba título al disco- iban a sonar en el Riverfront Coliseum de Cincinnati, Ohio.

La propuesta tenía una particularidad: las localidades no eran numeradas, y aquellos que entraran primero al estadio que hoy lleva el nombre de U.S. Bank Arena serían los que ocuparían las mejores ubicaciones de las alrededor 18 mil que disponía el espacio, que hoy, en su versión más generosa, mantiene esa misma capacidad. La consigna era algo así como "rock de sentado".

Ante semejante perspectiva, un gran número de seguidores de la banda eligieron desafiar la baja temperatura de la época, y acomodarse cerca de alguna de las puertas de ingreso al predio varias horas antes de las 20, horario para el que estaba anunciado el show. Sobre todo, luego de que alguna estación de radio local asegurara que los accesos serían franqueados a partir de las 17.

5QcMLBPH_720x0__1

Sin embargo, varias cosas salieron mal. Por un lado, las puertas permanecieron cerradas, mientras la gente se agolpaba frente a ellas. Por otro lado, aquello de que todos los ingresos serían liberados al mismo tiempo tampoco ocurrió. Por último, el inicio atrasado de la prueba de sonido completó el cuadro que presagiaba el desastre.

Entonces, cuando la banda comenzó a testear que todo estuviera en orden, alrededor de las 19, unos pocos entendieron que, efectivamente, se trataba de los últimos ajustes antes del concierto, otros tantos percibieron que la versión de que lo que se escuchaba se trataba de la proyección del filme Quadrophenia, estrenado un mes antes, como previa del show, pero los más supusieron que el cuarteto había adelantado el comienzo del recital y que se estaban perdiendo algo importante.

fvNTE5wo_720x0__1

La mecha estaba ahí esperando quien la encendiera. Y fueron muchos los que se anotaron para hacerlo. En segundos, una estampida se abalanzó sobre quienes seguían entrando por las únicas dos entradas habilitadas. El resto fueron gritos, empujones, apretones, golpes, pisotones, asfixia y muerte. El resultado final arrojó 11 personas fallecidas, de entre 15 y 27 años, y otras 26 con heridas de distinta gravedad.

Mientras tanto, detrás de las paredes Roger Daltrey, Pete Townshend, John Entwistle, John Bundrick y Kenney Jones, que había reemplazado a Keith Moon, quien había muerto el 7 de septiembre del año anterior, desataron toda su furiarockera ajenos a lo que estaba sucediendo a pocos metros de ahí.

lQI-b08-_720x0__1

"Sobre el escenario, el modo en que disfrutaba era a menudo un delirio, lo cual era absolutamente nuevo para mí. Nunca, antes, había gozado tanto de tocar como lo estaba haciendo durante ese tour", contó Townshend en su autobiografía Who I Am (2012). Y agrega: "Estaba tomando mucho, es cierto, incluso en la escena, y fumando. Eso también es cierto. Y por supuesto, bailaba. Quizá como un tarado. ¿Qué mierda importa? Estaba inspirado".

Sin Moon detrás de la batería, el guitarrista parecía sentirse liberado. De hecho, así lo confesó pocos días atrás a la prensa. "Cometía un montón de errores, pero estaba corriendo las fronteras. Kenney me aseguraba una buena base, Rabbit estaba siempre a la par, John hacía lo de siempre. Mi adrenalina estaba tan alta, cuando estaba en escena, que muchas noches no podía controlarme", escribió en Who I Am.

jrGzwR6V_720x0__1

Pero todo cambió para Townshend y sus compañeros de ruta una vez que entraron en el camarín, tras los bises Summertime Blues y The Real Me. De pronto, la realidad les daba una trompada en el medio de la cara. "Algo terrible sucedió ahí afuera esta noche. Once chicos murieron. No sé bien los detalles", los atajó el manager del grupo, Bill Curbishley.

"'¿Cuándo pasó? ¿Durante el show? ¿En la platea?', preguntó alguien. 'No. Fue en la entrada, afuera', nos trató de calmar Bill. Y volví sobre mis pasos: '¿Fue antes del show?' 'Decidimos no decirles', fue la respuesta de Bill. Y completó: 'No iba a ser posible dejar salir al público que estaba dentro, con la gente de seguridad tratando de resolver el problema allí fuera'". El relato de Townshend es claro y preciso.

Según él mismo recordó en su autobiografía, una vez en el hotel, se reunieron frente a la televisión. "Algunos de nosotros lloramos al ver las imágenes de los cuerpos pisoteados. No dijimos demasiado. Tomamos unos tragos; pero yo estaba bloqueado", escribió.

Cuatro décadas después de aquella jornada, la sensación, aunque distinta, parece seguir acompañando a Townshend, y también a Daltrey. "Aún estoy traumado por lo que pasó. Es raro tener en tu autobiografía que 11 chicos murieron en uno de tus conciertos. Es extraño, perturbador, un peso enorme para cargar", señala el guitarrista en el flamante documental The Who: The Night That Changed Rock (The Who: la noche que cambió el rock), producido por el canal de televisión WCPO, de Cincinnati.

3A34xDQj_720x0__1

En el mismo marco, Daltrey agrega que aquella "noche espantosa del 3 de diciembre se volvió uno de los peores sueños de su vida”. El documental también contiene testimonios de Curbishley, quien sostiene que la decisión de no contarle a los músicos lo que estaba pasando fue consensuada con los oficiales de bomberos locales, para evitar consecuencias aún peores. "Más allá de todo, aún me siento incómodo. Parte de mi alma se quedó en Cincinnati", admite el productor.

Por su parte, Townshend reconoce aún sentir culpa por haberse ido de la ciudad, y haber tocado al día siguiente en Buffalo. Y aunque advierte que la decisión de seguir adelante fue de Daltrey, otras versiones sostienen que en aquel momento fue él mismo quien sostuvo que si no salían a tocar la noche siguiente, jamás volverían a hacerlo.

Entre las consecuencias que derivaron de la tragedia, más allá de las clásicas arengas y diatribas en contra del rock, que 40 años después siguen teniendo adherentes, entre otros sitios en el gobierno brasileño, en Cincinnati, 20 días después, se aprobaron dos leyes de aplicación inmediata.

La primera prohibió los asientos sin numeración en cualquier evento público en la ciudad, excepto los religiosos y los deportivos escolares. Aunque 24 años después fue revocada bajo el argumento de que la organización de espectáculos masivos ha mejorado considerablemente. La otra le dio al departamento de policía más autoridad en encuentros de este tipo.

Además, durante las semanas posteriores al concierto, las familias de las víctimas y los asistentes heridos presentaron 33 demandas contra The Who y el promotor del show. Los Tribunales hicieron una estimación de las mismas en 1983, y determinaron una indemnización económica. 

Lo más visto