El deporte como salvación

Paso el Dia Mundial de la Tierra y me permití reflexionar acerca de a actualidad en la que nuestro planeta se desvive por sobrevivir a nosotros, los seres humanos racionales, que día a día acabamos con nuestra casa, siendo consciente de que no estamos haciendo grandes cosas para evitarlo.
Claro que uno me podría decir qué hago escribiendo una columna deportiva, hablando de los problemas climáticos y ambientales; pues bien, les digo que sí. Es necesario que tengamos claro, que la situación de nuestro planeta invita a que repensemos lo que cada uno está haciendo para aportar lo suyo. Los grandes contaminadores, los Estados, entre otros, son los que tienen más responsabilidades a la hora de la toma de decisiones, peor nosotros, los ciudadanos, debemos y estamos obligados a contribuir.
Es por ello que, además de cuidar nuestros consumos y ser más responsables en nuestra conducta diaria, propongo que nos volvamos al deporte, como una manera de revelarnos ante tanta adversidad. Salir a correr, andar en bici, disfrutar de la naturaleza, entre tantas cosas que amamos y disfrutamos las personas, pueden ser una manera de fomentar un estilo de vida más sano y saludable, no sólo que contribuya a mejorar al planeta, sino que nos aporte bienestar y calidad de vida como ganancia extra, además de posibilitarle la supervivencia y dejarles un hogar a nuestras generaciones venideras, que sin dudas tendrán que hacer mucho, pero que estaría bueno que se las pusiéramos un poco más fácil.
Trabajar y hacer un esfuerzo para no ver nosotros los resultados, exige un altruismo de calidad; pero que debemos ser capaces de hacer. El deporte es el camino para armonizar con el medio ambiente y nuestro entorno que nos rodea. Ya que, si no lo hacemos, ese simple paseo por las sierras, esa corriente caminata por los parques, ver animales en vida silvestre o una ida al mar, será casi una quimera, no porque no podamos físicamente, sino porque ya no existirá mar saludable, no existirán caminos o paseos agradables y quizás las sierras ya no sean tan bellas, entre muchas cosas más.
Por eso, hoy no hablo de victorias, de arbitrajes, de goles, ni de campeonatos; solo expreso desde esta columna, un llamado de auxilio a nuestro planeta que nos necesita. Pongámonos las pilas y hagamos nuestra parte. Cambiemos los hábitos que debemos cambiar y rectifiquemos nuestro rumbo…. Porque hoy estamos jugando, tenemos la cancha inclinada, no damos dos pases seguido y el calentamiento global nos esta ganando por goleada. De nosotros depende intentar aminorar este final; que como dice Gabriel García Márquez, es “Una Crónica de una Muerte Anunciada”.