River Plate y Alcaraz, los mejores de punta a punta

Cuando de quienes se va a escribir una nota son grosos o grosas, es difícil no pecar de admiración y poder concentrarse en escribir una crónica sensata. Más en este caso hare una excepción y diré que sin dudas, el conjunto millonario y el mejor tenista de la actualidad, no solo pueden ser comparados, sino que consiguieron tamaño logro, el mismo fin de semana; River campeón del fútbol argentino y Alcaraz campeón de Wimbledon.

Si bien son dos deportes distintos, hay que decir que ambos protagonistas, desde el inicio de sus respectivos torneos, pasaron por las más diversas etapas, fueron de menor a mayor, creciendo progresivamente en el juego, en la templanza y, sobre todo, ambos contaron con una de las mejores virtudes para ser un buen campeón; pudieron superar los momentos de adversidad, que las competencias le presentaron y sus rivales, claro.

River desplegó un juego a una velocidad que de a ratos parecía de premier league, pases y cambios de punta, más un desequilibrio individual, que mostraron las falencias de sus rivales, ante tanta virtud propia, dejando la sensación y confirmando con números, que nunca tuvo un competidor real que le disputara el torneo, más allá de las extraordinarias campañas de Talleres y San Lorenzo, que son dignas de destacar. Los de Demichelis encontraron el equipo, supieron cambiar a tiempo, con el rol de Aliendro y el puesto de Barco, entre otras cosas y se sobrepusieron a la adversidad en un torneo que le dio algunas derrotas, pero de las que pudo salir rápidamente. Justo ganador y con un plus… En la era post Gallardo, fue un equipo con el ADN del muñeco, pero mejorado con respecto al del año pasado. Tiene todo por dar.

Charly, en boca de su rival vencido, Djokovic, tiene cosas de los tres… Es decir, del mismo serbio, de Nadal y de Federer. Si, así como escucho. Es tanto el talento del español, pupilo de Carlos Ferrero, que nadie se anima a aventurar hasta donde es capaz de llegar. Dos torneos mayores, el numero 1 del mundo asegurado y con muchísimos años de circuito y tenis para dar, nos animamos a ilusionar, en una era donde no será fácil reemplazar a los mas grandes anteriormente nombrados y donde esperamos la saludable evolución del tenis mundial, en esta nueva etapa. Ganó Wimbledon jugando un gran tenis, venció a tenistas de gran talla y en la final supo reponerse a un partido que se le había presentado adverso, no perdiendo la calma y mucho menos el juego, demostrando que juega como si tuviera muchos años más de experiencia. Nos ilusionamos con Alcaraz y porque no, por que aparezca uno de los nuestros para colarse en el top ten.

Finalmente, el fútbol y el tenis nos demostraron este fin de semana, que coronaron dos campeones que supieron construir los logros deportivos en el esfuerzo, el trabajo, la convicción y sobre todo el sacrificio. Porque si hay algo que enseñan River y Alcaraz es eso; a la gran jerarquía individual, le agregan toda una serie de recursos como el trabajo y el esfuerzo, dignos de admirar y sobre todo de enseñar a las nuevas generaciones. Salud campeones y ¡que viva el deporte!