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Llegó a Francia para estudiar mimo y hoy alimenta a su selección en el Mundial de rugby

Dejó su país para ir a la escuela de Marcel Marceau en Paris. Una mala crítica a su actuación le empujó a un cambio de rumbo.

Deportivo06 de octubre de 2023
chef cocina rugby
“Los jugadores comen mucho”.

Al igual que la delegación argentina, la selección japonesa de rugby llegó a Francia sin cocinero. Pero antes de llegar a Toulouse, la federación japonesa contactó a quien ya había contratado seis años atrás cuando se había instalado en esa misma ciudad para enfrentar a Tonga y Francia en una de las ventanas que hicieron posible esos enfrentamientos. El nombre clave es Atsutoshi Hatamoto, el cocinero de la selección japonesa que debió dejar de lado su restaurante para dedicarse de lleno a los jugadores y staff de Japón. “Cuando vinieron en 2017 a Toulouse me pidieron que les preparara la comida. No estoy seguro de cómo me encontraron: me imagino que escribieron en Google 'restaurante japonés Toulouse'”, bromea cuando le preguntan. Pero hay otra historia detrás de los utensilios y platos de autor.

Japonés de nacimiento, Hatamoto dejó su Osaka natal en 1999 en busca de un horizonte más claro que el se le presentaba en su país, dónde tenía el berretín de actuar como mimo. Llegó a Francia y se intaló en París tomar clases con Marcel Marceau, amo y señor del arte del silencio. “Hice una audición para ingresar a su escuela y fui aceptado. Pensé que me quedaría solo los dos años de formación, pero mi vida cambió. Obtuve una visa de artista, me casé, tuve dos hijos y me di cuenta que ya no tenía motivos para regresar a Japón”, le contó al portal “japoneses en Francia”. Hatamoto empezó a vivir del arte. Se asoció y compró junto a otras personas dos teatros en París y actuaba en giras por el país. Ya con hijos, empezó a sentir que ese trajín no lo conformaba, pero fue un suceso inesperado lo que le torció el rumbo.

5UIjsDr8__720x0__1Atsutoshi Hatamoto, en acción. Hace 24 años que cambió Japón por Francia.

“Un día, el espectáculo que di en un festival de mimo tuvo malas críticas. El artículo me quitó la motivación y decidí parar. Vendí mi parte en los teatros y dejé París. No conocía a nadie en Toulouse y decidí ir con mi familia allí a empezar de cero. Durante un año busqué qué hacer, sin dejar mis espectáculos y ser actor para llegar a fin de mes”, evoca. En su nueva ciudad, con quien ahora es su exesposa, vio un cabaret en venta y lo compró. Organizó como productor algunas obras en las que no actuó y ofrecía cenas para completar el negocio. Hasta que un día faltó el cocinero y el bueno de Hatamoto, que reducía su experiencia culinaria al día a día hogareño, salvó -o cocinó- las papas. “Hoy te convertís en chef”, le susurró una voz interior. “Me di cuenta de que era capaz de hacerlo y que realmente me gustaba. Mis amigos me animaron a abrir un izakaya. Había un bar de tapas gratuito en el barrio, conocía al dueño, le compré el negocio y abrí el mío, explica y hay que desmenuzar el concepto: izakaya es lo más parecido a un bar de tapas de españa o un copetín al paso argentino. Es para tomar y picar algo después del trabajo, nada sofisticado.

“Vendí el cabaret y cuando el cocinero se fue, comencé a cocinar en mi propio izakaya”, resume. Su local se llama Iori y hoy es uno de los más prestigiosos del nicho japonés en Toulouse. “Aprendí a cocinar cocinando, hago lo mejor que puedo, cocina casera japonesa que cualquiera puede hacer. Lo que me importa no es lo que hay en el plato, sino pasar un buen rato con mis clientes, como en una feria. Para que se vayan felices”, indica Hatamoto, ahora el cocinero de la selección japonesa de rugby.

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“Los jugadores comen mucho”

Desde el 2 de septiembre, le bajó la persiana a Iori. Al menos parcialmente, solo atiende por reservas y en horarios reducidos. Él y su equipo, está en el hotel Mercure en el que se hospeda Japón. De 9 a 21, la cocina es suya. En el desayuno “nada de pasteles”. La primera comida por la mañana es arroz, sopa de miso y ensalada de verduras crudas, palta y pescado. “Si se quedan con hambre, alguna fruta”, revela.

Fuente: Clarín Deportes.

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