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¿Qué tal una pareja buena onda?

¿Ayuda tener una pareja alegre y positiva? La ciencia dice que sí. En esta nota te contamos datos de la investigación y qué beneficios existen.

Vanguardista 13 de julio de 2022 Carlos Maciel Carlos Maciel
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Quien alienta y nutre con emociones positivas, nos inyecta felicidad y ganas de afrontar toda dificultad.

Saber que una pareja positiva puede elevar la longevidad es un dato revelador. Lo es porque somos una sociedad cada vez más envejecida y un modo de llegar al otoño de la vida en buen estado es mediante un amor de este tipo. Alguien que ve siempre el vaso medio lleno y tesoros al final de cada arcoíris nos permite lidiar mejor con el estrés. La personalidad optimista es aquella que aplica una actitud constructiva, que se centra en las oportunidades, que ve salidas ante todo desafío y que contagia a los demás de esa confianza y goce por la vida. Son hombres y mujeres hechos de una materia especial, que dan soluciones prácticas a los problemas y que tienen como virtud hacer la vida fácil. Sabemos además que estos perfiles se definen por unos niveles más altos de bienestar subjetivo en tiempos de adversidad. También, que son menos susceptibles de desarrollar trastornos del estado de ánimo y que gozan incluso de mejor salud

La Universidad Estatal de Michigan llevó a cabo un interesante estudio en el 2017. Pudo ver cómo tener una pareja optimista y feliz nos “contagia” de esas mismas emociones de química positiva y esto revierte en nuestra salud. Esta correlación viene además justificada por múltiples variables: Los hombres y las mujeres optimistas tienen por lo general una buena red de amigos. Son figuras muy sociables que no dudan en buscar apoyo cuando lo necesitan, y en ofrecerlo cuando otros lo demandan. Esto hace que también sus parejas se vean inmersas en esas dinámicas enriquecedoras. Además, suelen definirse por hábitos de vida más saludables: son activos, abiertos a la experiencia, a la interacción social, etc. Todo ello revierte en la salud física y emocional. El optimismo se relaciona además con una resolución cooperativa de problemas, y hasta con una comunicación más efectiva. Algo que permite reducir el impacto del estrés y la ansiedad.

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Tener una pareja optimista nos permite reducir el riesgo de declive cognitivo

La esperanza de vida ha aumentado de manera considerable. En los países avanzados es común pasar de los ochenta e incluso de los 90. Ahora bien, si hay algo que deseamos es llegar a estas cumbres de la vida en buen estado, con plenas facultades para seguir disfrutando, aprendiendo y experimentando. Tal y como nos explican en Universidad de Michigan en un trabajo del 2020, tener una pareja optimista nos protege frente al declive cognitivo. Es un factor que puede reducir el riesgo de desarrollar demencias. ¿La razón? Porque compartir el tiempo con alguien estimulante, que solo nos aporta emociones positivas, apoyo, afecto y positividad, es todo un nutriente para la salud cerebral.

Las parejas optimistas facilitan la convivencia. Esto no significa que no existan las diferencias y hasta las discusiones puntuales. Porque las hay. Sin embargo, son capaces de resolver las diferencias en poco tiempo y no se focalizan en lo que nos separa, sino en lo que nos une. Tienen la virtud de hacerlo todo fácil, de recordarnos nuestras fortalezas, de inyectar de esperanza a la vida y de magia a nuestra relación. A su lado, los momentos de estrés duran poco, las preocupaciones se resuelven y siempre hay salidas para cada dificultad. Su optimismo no es ingenuo, sino constructivo y práctico. Son aliados en nuestros viajes vitales cuyo entusiasmo revierte en nuestro bienestar físico y mental.

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