¡Hacia una nueva integración regional!

Una nueva semana de intentos de parte del oficialismo para paliar la cuestión relativa a la Divisa Norteamericana, que escasea en un nivel cuando menos preocupante tras la re-compra de bonos, encuentra otra vez a Sergio Massa negociando con Estados Unidos. Ésta vez tocó reunión con el el Asesor Especial del presidente Joe Biden para las Américas, Christopher Dodd, donde tanto Massa como Fernández compartieron su tiempo por separado, enfatizando en el “amplio vínculo que caracteriza a la relación bilateral y el diálogo franco y permanente”.

La reacción a la reunión fue inclusive un poco más allá, ya que se dio tras las declaraciones de la Comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, que días atrás reveló que los intereses del país en América Latina son recursos como “el litio, el petróleo y el agua dulce”. Mensaje, para muchos sectores de la Política, cuando menos "preocupante".

De hecho, fueron las mismas fuentes del Ministerio de Economía las que confirmaron que “existen grandes oportunidades de extender los negocios conjuntos en sectores estratégicos como minería (litio), vehículos eléctricos, hidrocarburos, economía del conocimiento, agroindustrial y energías renovables”.

La reunión se da, no casualmente, durante la visita de Lula Da Silva al País, mandatario con el cual Alberto Fernández ya tiene comprometidos algunos Acuerdos Bilaterales que fueron firmados justamente en el marco de la VII Cumbre de la CELAC, La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, escenario perfecto para una Argentina que aprovechó la exposición para mostrarse como líder ante el resto de la Región.

Naturalmente, la relación con el Gigante Sudamericano se ve fortalecida por el reciente triunfo de Lula da Silva, en un contexto muy similar al del triunfo de Fernández: un frente Multisectorial donde conviven incluso fuerzas políticas que fueron opositoras al Partido de los Trabajadores, pero que por una cuestión de coyuntura política, electoral, o histórica, eligieron acercar posiciones para asegurar el triunfo -por un margen bastante escueto- a un Bolsonarismo cada vez más radicalizado. 

Mucho se dijo respecto de que ésta situación podría limitar la voluntad política del Mandatario Brasileño, y que palabras más palabras menos, los sectores más progresistas se verían tarde o temprano, desilusionados con la elección, tal y como está sucediendo hoy en la Argentina. Sin embargo, la idea de empezar a trabajar en dirección a una moneda común que rija el comercio bilateral, es tal vez el proyecto más ambicioso de los últimos años. Un proyecto que, de concretarse, podría redimir en cierta forma parte de esta cesión de poder frentista de ambos mandatarios. 

"Es muy importante fortalecer e integrar más a toda la región de Sudamérica y el Caribe, creo que el gran paso que dimos con Brasil es una matriz para aplicar en otro tipo de acuerdo", dijo el Embajador Argentino en Brasil, Daniel Scioli, que hace referencia a esta oportunidad histórica, y con gran conocimiento de causa.

"En mi gestión el comercio bilateral aumentó el 50 por ciento entre Argentina y Brasil, porque no nos quedamos a esperar que vengan a comprar, salimos a vender... sobre esa base, se está yendo por alternativas que nos permitan, a pesar de retenciones de divisas, poder acrecentar el comercio bilateral", dijo en referencia a que una futura moneda en común pueda acelerar este tipo de transacciones, sin depender de la cotización del Dólar.

El Secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, también dio su perspectiva respecto del proyecto, haciendo hincapié en que “se está dando un replanteo geopolítico estratégico” tras la crisis en las cadenas de valor internacionales, generada por la Pandemia y el Conflicto Bélico Rusia-OTAN. 

“La mayoría del comercio en las regiones es intrarregional: casi el 60% del comercio de la Unión Europea es dentro del bloque y lo mismo sucede con el sudeste asiático, y con Canadá, México y Estados Unidos”, en consonancia con el fortalecimiento del MERCOSUR, agregando que los gobiernos de ambos países tienen alta expectativa, ya que "Argentina y Brasil tienen en abundancia lo que está en crisis en el mundo".

¿En qué consiste el Proyecto de la Moneda en Común entre Argentina y Brasil?

Brasil sugiere llamar "Sur" a esta nueva Unidad Monetaria, que tendría por objetivo impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar estadounidense, y que en un principio correría en paralelo con el Real Brasileño y el Peso Argentino.

Sergio Massa aclaró que la primera fase del proyecto es larga, e incluye de todo "desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales”, con la posibilidad de que el resto de los países de América del Sur puedan adoptar la divisa, sin tener que renunciar a sus monedas soberanas.