¿Ordenar el frente externo?

La noticia de la semana, el "Súper Ministro" de Economía, Sergio Massa, anunció la decisión conjunta de las Secretarías de Hacienda y de Finanzas para empezar con un proceso conocido como de "Re-compra de Deuda Externa Argentina", en busca dar una señal de confianza a los Mercados, y que consecuentemente merme la suba del Dólar Paralelo. La medida parecería apuntar a mejorar la situación del endeudamiento a Largo Plazo, sobre todo para el periodo 2023-2026. Pero ¿En qué consiste la "re-compra" de Bonos Soberanos?
Básicamente se le llama "RE-compra de Deuda" a la operatoria mediante la cual una Empresa, o Gobierno como es en este caso, vuelve a comprar esos papeles de deuda que emitió (bonos) en su momento, y que hoy están en manos de diversos inversionistas o Holdings. ¿Por qué? Se hace, por un lado, para generar confianza ante esos inversionistas, y por el otro, para frenar la caída del precio de esos Bonos, que además pasarían a estar en manos del Sector Público.
El Efecto Secundario que generaría este movimiento, implica una caída del famoso "Riesgo País" (el cual es lisa y llanamente una variable más de una gran calificadora de riesgo crediticio, que es el JP Morgan). Indirectamente, al tener más baja esa variable, el país puede tener margen para acceder a nuevos endeudamientos, en el caso de necesitarlos eventualmente.
"Hemos tomado la decisión de llevar un proceso de recompra de la deuda externa argentina por más de mil millones de dólares", manifestó Massa desde el Ministerio de Hacienda, dando exactamente el número sobre el cual se va a trabajar. Los efectos del anuncio fueron inmediatos, y por supuesto que el mismo le valió la crítica de buena parte de la dirigencia, por enfocar todos los esfuerzos hacia los mercados y no hacia la microeconomía. Más allá de eso, existen diversas opiniones que plantean posibles escenarios a futuro, y el contexto, lo es todo.
Posibles escenarios
Como decíamos, impacto hubo, ya que los Bonos Argentinos de Wall Street treparon hasta un 11 por ciento en minutos nada más, pero ¿Cuáles son los escenarios posibles?. Se habla por un lado de la posibilidad de que la baja de Riesgo País estabilice la gran brecha sobre los distintos tipos de cambio que existen (MEP, Contado Con Liqui, Blue, etc) siempre y cuando haya viento a favor.
Por otro lado, la movida puede también cambiar el perfil de los vencimientos de deuda externa, teniendo en cuenta que el periodo 2023-2026 está sumamente complicado, con sumas de hasta 6.000 millones de dólares en los plazos ya establecidos (tanto deuda privada como deuda re-visionada con el FMI).
Lo intrínseco de éste escenario, en donde efectivamente el Riesgo País se mantiene a la baja dentro del corto plazo, se origina en el cambio de manos de la deuda hacia actores del sector público. Como consecuencia, debería haber un aumento del precio de esos Bonos Recomprados, y eso, puede intepretarse como un desendeudamiento indirecto.
Pero por supuesto que no es todo juego financiero, lo cierto es que el contexto puede jugar a favor o en contra. Si bien Massa anunció que el orden fiscal, acumulación de reservas, aumento de las exportaciones y desarrollo con inclusión eran las 4 premisas, particularmente para este tema, deberíamos mirar hacia la escacez de Reservas del BCRA (que planea subsanarse en parte con la reactivación del Swap de monedas con China) y a la sequía prevista para el año que viene, la cual afectará de manera directa a las cosechas, la principal fuente de divisas del país.
Las Críticas
Las críticas desde el mismo oficialismo no se hicieron esperar, ya que para el conocido ex diputado, Claudio Lozano, la medida es sólo una “operación de cosmética financiera con efectos de cortísimo plazo”. Lozano (y seguramente buena parte del Kirchnerismo) plantea que los 1.000 millones de dólares en cuestión son mucho más necesarios para la actividad productiva, que para "dar señales a los mercados financieros”.
Entre los cruces dentro del propio oficialismo, varias veces se cuestionó a Alberto Fernández el hecho de que las políticas macroeconómicas y de estabilización, sólo "alcanzaran" como señal a los mercados, para no perder oportunidad de crédito internacional. "Si queremos domar el dólar hay que disciplinar a los exportadores, controlar y administrar el comercio exterior, declarar la emergencia cambiaría, aplicar la ley penal cambiaría, recuperar los puertos y decidirnos a emprender un camino distinto”, remarcó Lozano, expresando una postura histórica y relativa al primer mandato de Cristina Kirchner.
Por ahora, no hay señales de que el actual armado del Frente de Todos este si quiera interesado en retomar este rumbo. Entre frentes financieros, calendarios de pago, el dólar y la inflación que no dan tregua. El Kirchnerismo se encuentra en un brete, ante la falta de candidatos potables por ausencia expresa y confirmada de la propia Cristina (y hasta una posible proscripción virtual a su participación). Por otro lado, la oposición no parece poder cerrar sus filas, con el versus de Larreta y Bullrich, y un Mauricio Macri de futuro incierto.
Max Bustos
Columnista Político de TPS.
Siempre buscando ampliar los límites de la Comunicación.
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