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Tres defectos del vino

Las causas provienen de distintos orígenes, pero, hoy en día, las técnicas de vinificación y viticultura modernas hacen que sea cada vez más difícil encontrar vinos en mal estado.

Vinificate 14 de marzo de 2023 Coti Martínez
acidez volatil
La acidez volátil, su presencia es frecuente en vinos con alto contenido en ácido acético, vinos que han permanecido mucho tiempo en contacto con el aire o cuando no ha habido una correcta limpieza.

El factor subjetivo también influye en la percepción de la calidad de un vino, lo que para unos puede ser un defecto, para otros puede ser una virtud.

La oxigenación produce un defecto por contacto excesivo del vino con el aire, la oxidación, que provoca una alteración perjudicial del sabor, contaminación causada por demasiada exposición al oxígeno. Es parecido a lo que pasa cuando dejás una manzana a la intemperie y empieza a ponerse color café. Es el mismo proceso con el vino. Los vinos oxidados pierden su brillo, tanto en color como en sabor. Los tintos se tornan color café-naranja, y los sabores frescos se transforman en secos y amargos. Los vinos blancos son mucho más susceptibles a la oxidación que los tintos.

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Otro de los defectos más conocidos y asociados al ácido sulfhídrico es el llamado mal de la botella. Se debe a la presencia de mercaptanos y dióxido de azufre (SO2) como consecuencia del moho presente en los corchos de los tapones. El sulfuro es un problema complicado en el vino. Algunos sulfitos (SO2) son agregados en la mayoría de los vinos para estabilizarlos. Por otro lado, el sulfuro (H2S) es una manifestación natural que ocurre en fermentaciones no idealmente saludables. Se manifiestan con algunos aromas no deseados como a huevo podrido, gas, hule quemado o zorrillo.

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La acidez volátil, su presencia es frecuente en vinos con alto contenido en ácido acético, vinos que han permanecido mucho tiempo en contacto con el aire o cuando no ha habido una correcta limpieza. Así el "picado" se manifiesta en sus primeros estados con el olor a pegamento o acetato de etilo. Para resolver el problema se recomienda hacer un análisis de acidez volátil y de sulfuroso libre. Corregirlos si es necesario con la adición de sulfuroso y preservar el vino fuera del alcance del oxígeno. Puede ser también que el olor se deba a una serie fenólica, la cual no es considerada un defecto. Se produce principalmente en una crianza de tipo oxidativo, y por tanto se encuentra en una mayor proporción en los vinos generosos o fortificados.

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Éstos son simplemente tres de los defectos que existen, más adelante les contaré algunos más.

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