La Falla del Mercado ¿Nueva crisis en el sistema de transporte?

Si bien es cierto que la Crisis Sanitaria trae, efectivamente, la tan temida como a veces desestimada nueva normalidad (principalmente por la forma en que irrumpió en nuestra vida cotidiana), no podríamos nunca decir que estamos en nuevo mapa totalmente inexplorado, cual videojuego de rol. Tanto las crisis como las nuevas oportunidades de negocio, educación, estilos de vida y demás, son (en muchos casos) nada más y nada menos que la continuidad de modelos o esquemas poco sustentables de por sí.

Pongamos por caso el nuevo conflicto de Transporte Urbano e Interurbano en Córdoba. Me atrevería a decir que casi cualquier ciudadano promedio sabe, conoce, y ha vivido en carne propia los conflictos de intereses que existen en este rubro, tan complejo como necesario. Pensemoslo por un segundo, los actores son siempre los mismos > UTA (Local o Nacional) - FETAP - Municipalidad (O Gobierno Provincial, según sea el caso). A eso, le añadimos eventualmente el esquema Nacional de Subsidios, que ingresa por un tubo, y de manera completamente fugaz, a la Administración Nacional de turno en la pugna (pero que mayormente se limita a disponer del dinero, saldo que se conoce desde el mismísimo momento en el que se aprueba la Ley de Presupuesto, con lo cual tampoco se puede especular demasiado).

En esta ocasión, el ojo de la tormenta está en la enorme baja de rentabilidad que el sector viene experimentando, donde el corte de boleto fue un promedió de 13,8 millones de pasajeros mensuales por unos cinco años. Hoy, tiene el 45% menos de recaudación a comparación con el último semestre del año pasado. Entonces, ¿es discutible si el sistema es o no es sustentable? Sin duda no lo es, pero, ¿Es absolutamente todo culpa de la Pandemia? Veamos.

En Mayo del año pasado, la gestión Municipal de Ramón Mestre anunciaba uno de sus tan temidos aumentos de boleto, el cual paso a costar unos $28 por viaje, a pedido expreso de FETAP, y sin pasar por el Concejo Deliberante, ya que en 2017 una ordenanza se lo permitía. Ese aumento representó el 1020 % a lo largo de dos gestiones, desde el año 2011, cuando el mismo boleto costaba $2,50. Veremos que no hace falta hacer muchas mas comparaciones para saber que, ni la inflación acumulada (me atrevería a decir de cualquier consultora publica o privada) llegó a ese porcentaje jamás, ni el crecimiento demográfico de la ciudad fue tan excesivo como para avalar tales aumentos. Aumentos, siempre solicitados por la FETAP, con prácticamente la misma justificación: los costos de producción.

Volvamos entonces al panorama actual donde, según el Secretario de Movilidad de la Municipalidad, Marcelo Mansilla, de continuar con el mismo sistema, el boleto debería costar $236 para ser rentable. Un monto totalmente imposible para el bolsillo de cualquier trabajador. ¿Entonces la crisis de transporte como tal, es nueva? Ante la merma de pasajeros, la posible solución, en este esquema, es la misma que antes: el descomunal aumento del boleto.

Pero tampoco nos olvidemos que en esta ecuación entran los Subsidios Nacionales, que no son pocos. En el caso de Córdoba, corresponden unos 295,4 millones de pesos mensuales, y que van en su mayoría a las grandes empresas de transporte, las cuales en más de una oportunidad tuvieron denuncias por estafa, malversaciones y desvíos de esos fondos. ¿Por que es recurrente escuchar una y otra vez el mismo caso? Tiene que ver directamente con que el esquema actual permite a FETAP disponer de estos fondos, una vez entregados por la Nación. Ni auditorías, ni controles. Ingreso directo.

Entonces ¿En que consiste el Proyecto de declaración de Emergencia del Transporte?

En pocas palabras, es difícil de saber que rol desea ocupar el Municipio con este proyecto. Por un lado quiere protegerse tanto de que las empresas prestatarias como la UTA inicien acciones legales, lo cual suena un tanto complicado ya que uno de los puntos del mismo implica tener la potestad para modificar las concesiones (incluso de RedBus). Otros puntos habla de las fuentes de trabajo, reducción horaria (y por tanto salarial) de los choferes, modificación de horas pico y unidades en las calles, y el mantenimiento del precio del boleto.

El aire de misterio viene particularmente de segundo punto de la redacción, que es totalmente ambiguo y abierto. Con frases como disponer el ordenamiento e instrumentación del régimen económico financiero o adoptar las medidas extraordinarias y urgentes necesarias (…) a efectos de garantizar el cumplimiento de necesidades de transporte, dejan bastante que decir en cuanto a las implicancias que puedan tener. Ahora bien, podemos notar que el Municipio quiere arrogarse el poder de avanzar según lo considere necesario, con o sin acuerdo de las partes (tanto de UTA como de FETAP). Resumiendo, no hay Take It or Leave It en esa oportunidad, tampoco es un Win-Win. O se acepta por las buenas, o el Municipio se dispone a avanzar a como dé lugar.

De lo que se habló en algún momento, es de la contratación de agente externos a las dos partes, para cubrir algunos recorridos. Esta versión parece haber caído a pique por boca del mismo Mansilla, al negar expresamente que se vaya a incluir transporte no homologado al sistema, pero lo que evitó mencionar es que de los 1200 empleados del ESyOP, 200 son choferes que podrían agregarse sin problema alguno, según informó el Diario Alfil*. Suponiendo que esta posibilidad se haga efectiva, el Municipio cumpliría con lo que tanto anuncia como un sistema de transporte alternativo, para el cual jamás pudo contar con una flexibilización ni de Taxis ni de Remises, que son historia aparte.

En conclusión. Sabemos que es utópico pensar en un revolucionario Servicio de Transporte como ofrecen otras grandes Metrópolis, por varios factores. Costos, demografía, inversionistas, geografía urbana, son algunos de ellos, y si bien fuera de los que ya conocemos, es bastante difícil pensar otras alternativas (mas aún en este contexto) el Proyecto Municipal no promete mucho más que lo que anuncia, de manera casi literal: salvar el sistema en una emergencia. El tan prometido avance hacia fuentes alternativas de transporte quedará, como en los últimos años, en veremos.