De las Fuerzas de Seguridad ¿Cuál es el problema estructural en la Policía de Córdoba?

Muchos podríamos pensar que el caso del joven Blas Correas , que tomó estado público debido al desmanejo de casi todos los actores involucrados, fue un caso más de Gatillo Fácil, como el que estamos acostumbrados a ver quienes tratamos diariamente la información. De aquí se van a disparar varios interrogantes, que probablemente no obtengan respuesta alguna, comenzando por el llamativo hecho de que la cobertura mediática de este tipo de situaciones (que involucren de una forma u otra un tipo de abuso policial) nunca tuvo semejante magnitud. Hoy queda demostrado que la impunidad con la que se manejan las autoridades policiales en nuestra provincia (la cual me atrevo a decir que todo cordobés ha tenido que sufrir en alguna medida) no distingue clases sociales.

Así como la inseguridad no es una sensación, esa sensación de falta de seguridad aún cuando la autoridad está presente no se da sólo y porque sí, sino que tiene por detrás un combo de situaciones que en algún momento ha de explotar. Hagamos un racconto. Un estudio de la UNC, la UCC y el Conicet revelan que, desde el retorno de la democracia y hasta el año pasado inclusive, 463 personas murieron a manos de Fuerzas de Seguridad de la  provincia de Córdoba. Que la mitad de esas muertes hayan sido catalogadas de una u otra forma como Gatillo Fácil, nos dice a las claras que este tipo de situaciones no es un hecho aislado.

Varias hipótesis afirman que el caso de Blas es un Homicidio Agravado Calificado, dado que no existió una sospecha real de delito. Según el abogado de la familia,  Alejandro Pérez Moreno, un caso de Gatillo Fácil es cuando vos tenés motivo como policía, porque estás viendo que se está perpetrando un hecho delictivo, porque sos víctima de una agresión o presenciás una agresión de un hecho delictivo que tenés que repeler como su función policial lo indica. Ahí, cuando extraen el arma y disparan sin necesidad, se produce un gatillo fácil, porque no había necesidad de disparar pero sí de actuar. Pero este caso en particular es un homicidio calificado por el abuso de su función policial y agravado por el empleo de arma de fuego.

La Cronología de los hechos

El Periodísta Dante Leguizamón registró desde su cuenta de Twitter una secuencia de los hechos, dando detalles sobre los actores involucrados y las múltiples irregularidades del caso. 

Desde el punto de vista Político

La respuesta política es siempre la misma, cambiar a la cúpula policial o hacer renunciar a algún jefe. En esta oportunidad, la Comisaria Mayor Liliana Rita Zárate Belletti quedó al frente de Dirección General de Seguridad Capital, siendo casualmente la primera vez que una mujer tiene un cargo tan destacado en la institución.

Remover las cúpulas de turno es una estrategia que el Gobierno de la Provincia viene implementando hace años. Lo hizo en reiteradas oportunidades, como por ejemplo en el  famoso caso Alós, relacionado a la causa conocida como el Narcoescándalo. ¿Saldo hasta ahora? un total de dos policías imputados por el intento de plantar un arma para simular un falso tiroteo, y alrededor de cuatro apartados del cargo. Pero ¿por qué no nos sorprenden este tipo de actitudes? ¿Es una cuestión de falsa constumbre respecto de la institución policial? ¿Quién responderá por la violencia generada?.

Todas estas interrogantes nos dejan una respuesta clara: hay un grave problema estructural puertas adentro de las fuerzas de seguridad, que tiene aristas desde lo idelológico, lo político, en carácter de políticas públicas de seguridad, la precariedad laboral y profesional, la falta de insumos y preparación de las mismas. Es un problema estructural que deviene de muchos otros problemas individuales.