De levantar basura a levantar los trofeos más codiciados del fútbol

N'Golo Kanté fue el mejor jugador en la final de la Champions League. Pero la historia del gran jugador del Chelsea comenzó con una infancia muy difícil y el rechazo de varios equipos donde no pudo entrar por su baja estatura.

Los padres de N’Golo se fueron a Francia en 1980, buscando mejores condiciones de vida que en la empobrecida Malí. Las cosas no comenzarían fácilmente en París. Su padre murió cuando N’Golo tenía 11 años, y su madre quedó a cargo de los cinco hijos de la familia, con el futuro mediocampista francés como hermano mayor. Mientras Kanté trabajaba recolectando basura, su madre limpiaba casas para sobrevivir. El joven llevaba los desechos que levantaba de las calles a empresas de reciclaje, donde recibía un pago en efectivo a cambio.

Para finales de los 90 entró a jugar en el JS Suresnes, una academia de los suburbios de París. Boulogne fue el primer club profesional del mediocampista. Allí jugó desde 2011 hasta 2013, jugando 41 partidos en total, con cuatro goles anotados. Luego dio el salto al Caen, donde estuvo entre 2013 y 2015, sumando seis goles y nueve asistencias en 82 compromisos. Leicester City lo fichó en la 2015-16, y Kanté resultó fundamental en la conquista del título local para el humilde club.

Chelsea no perdió la oportunidad de hacerse con los servicios de Kanté, que pasó al cuadro blue por 35.8 millones de euros. Desde entonces, el francés ha sido clave en la evolución del equipo londinense.

El volante debutó con la selección francesa en 2016 de la mano de Didier Deschamps, alcanzando el subcampeonato de la Euro tras jugar cuatro compromisos. Dos años más tarde, los galos obtendrían el Mundial de Rusia: allí Kanté jugó los siete partidos.

el sábado pasado levantó el trofeo más codiciado por los clubes europeos, teniendo una gran actuación frente al poderoso Manchester City de Guardiola, y lo festejó con la humildad de siempre junto a su familia.