Argentina en BRICS: Nueva orientación política y desafíos comerciales en juego

Definitivamente la noticia de la semana la traen los líderes de los BRICS, una asociación económica, política y social formada por sus socios principales: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que anunciaron este jueves la "histórica" admisión de seis nuevos miembros a partir del 2024, entre los cuales está la Argentina, en un momento bisagra para el país, y a la espera de las Elecciones Presidenciales. A saber: los BRICS trabajan bajo un paradigma de "Cooperación Sur-Sur", y su importancia reside en que integra a las cinco economías emergentes que en la década del 2000 eran las más prometedoras del mundo.  

A partir de ahora, Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos (EAU) se incorporan a un bloque que, en términos generales, concentra el 42% de la población mundial (el 30 por ciento del Producto Interior Bruto) y juntos producen más de un tercio de la producción global de cereales. No es para menos: el conglomerado cubre el 30% del territorio del planeta y el 18% de comercio internacional. El ingreso de nuestro país cambia, sin lugar a duda, la orientación de la Política Exterior. 

Podríamos pensar que éste logro es, probablemente, uno de los más importantes de la gestión de Alberto Fernández. Pero quien realmente está detrás de ésta incorporación estratégica es nada más y nada menos que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que expresó su satisfacción, con una mención "especial" a Argentina y a su par presidencial, a quien llamó "gran amigo de Brasil y del mundo en desarrollo". Un hecho geopolítico importantísimo para poder entender las claves de la Argentina que viene. 

Ahora bien, ¿Cómo conjugar el ingreso histórico a un bloque que tiende a las "desdolarización" del mundo, cuando las relaciones internacionales estaban apuntando con cada vez más claridad hacia el norte?. No es casualidad que el Ministro-Candidato, Sergio Massa, haya cerrado trato con el FMI por un nuevo desembolso de u$s 7.500 millones, multiplicando "por cinco" la capacidad de intervención del Banco Central en el mercado financiero (señalado por el propio Massa). En esa gran discusión, hace su aparición lo que conocemos como "el lado pragmático del Peronismo", y explica en tres párrafos por qué es Massa el candidato de la unidad. 

"Nosotros entendemos que la Argentina tiene que mantener una relación seria y sana con el FMI pero que no debemos aceptar imposiciones que lastimen o dañen a la realidad de los argentinos...". Aclaración del contexto; "Lo más dramático del acuerdo de Macri con el Fondo en el 2018 fue haber financiado la fuga de capitales de la Argentina y haberle dejado un ancla enorme a la economía". Control de daños. "...la oportunidad de seguir adelante con operaciones de crédito. Ustedes saben que el swap chino ya está activado". Apertura al resto de los mercados. 

Para no perdernos de vista: venimos de 2 años de castigos económicos y "repudios" de todo el mundo occidental a Rusia por su intervención militar sobre Ucrania, una suerte de "Putin bajo fuego". El mismo Putin que durante la Pandemia inundó con sus vacunas Sputnik-V, a donde había faltante. El mismo Putin que hoy da la bienvenida a la Argentina al BRICS. La lectura es simple, no existe mayor Realpolitik que la Geopolítica.

Entonces ¿Podemos decir que lo sucedido es un "teléfono para el Fondo Monetario Internacional"?.
Sin duda la incorporación podría mitigar la enorme asimetría existente en el marco de la renegociación del acuerdo con el organismo, más que nada sobre las condiciones del mismo. Sabemos que sin una posibilidad de generación de divisas sería imposible cumplir a rajatabla las nuevas metas de Kristalina Georgieva, y que a la larga, indefectiblemente eso se transforma en una exigencia que involucra a parte de los recursos naturales. Litio Dixit. 

Georgieva se refirió directamente a los BRICS, diciendo que las instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el FMI tienen “un papel importante que desempeñar para evitar que el mundo se divida en diferentes bloques con graves consecuencias económicas”. De hecho, en un informe de FMI se señala “la creciente fragmentación comercial resultante de eventos como el Brexit, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la guerra entre Rusia y Ucrania”. Ahora bien, dependerá de Estados Unidos hasta dónde quiere (y puede) presionar a sus acreedores para cumplir con el calendario de deudas. 

Pero hay otras preguntas, porque la premura de Lula da Silva también tiene que ver con una suerte de contrapeso internacional, que afecta directamente a la política regional, y al Mercosur. La foto de Lula con la gorra de "CFK 2023" ya era de por sí un mensaje político que indicaba, tras su triunfo, que para que todo esto funcione necesita una dirigencia política que no solamente sea afín, si no también pragmática (requisito que el equipo de Alberto Fernández claramente no cumple). Por otro lado ¿Cuánto podría costarle a Lula el triunfo de un candidato como Javier Milei, por caso?. Lineamientos globales. 

Abiertamente en contra. Los dos contendientes de Massa aprovecharon para exponer sus posturas contrarias al BRICS. Por un lado, Patricia Bullrich indicó que “Argentina bajo nuestro gobierno no va a estar en Brics”, pero dejo claro que el Mercosur y Brasil seguirían siendo socios comerciales importantes, y apuntó a garantizar "tratados de libre comercio". 

Por otro lado, Milei señalo tajando que el lineamiento de su partido es con la geopolítica de Estados Unidos e Israel. "Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas", dijo, dejando el claro que eso constituiría un corte abrupto de relaciones comerciales con países como China y Brasil. Sin embargo aclaró que "eso no quiere decir que el sector privado pueda comercializar con quien se le dé la gana".