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Si la pobreza baja, por qué el 50% de la población no puede cubrir gastos básicos ni ahorrar

Según una medición de la UTDT, el índice mostró un marcado descenso. Un reconocido especialista explicó por qué los datos no son concluyentes.

EconomíaAyer
pobreza infantil
Pobreza Argentina.

La baja de la inflación es, sin dudas, el hito más contundente del que puede presumir el Gobierno. Pero no es el único. Esta semana, una medición de pobreza elaborada por Martín González Rozada, de la Universidad Di Tella (UTDT), registró que la cantidad de hogares que viven en pobreza descendió al 31,6% del total nacional en el primer semestre del 2025. Ese indicador había dado 52,9% en el primer semestre del año pasado, por lo que representa una considerable caída de más de 20 puntos porcentuales. Además, el Nowcast de Pobreza elaborado por González-Rozada indicó un recorte del 10,8% en la tasa de indigencia, pasando de 18,2 a 7,4 por ciento.

"La incidencia de la pobreza cayó 8 puntos porcentuales entre el primer semestre del año y el semestre abril-septiembre de 2024 pasando de 52.9 a 44.9 por ciento. Esta disminución en la tasa de pobreza se produjo por una caída, ceteris paribus, de casi 15 puntos porcentuales explicada por un aumento del valor real del ingreso per capita familiar, medido con respecto a la inflación de la canasta básica total y una distribución del ingreso más igualitaria entre esos dos semestres", señaló la UTDT.

La merma no solo implica el mejor dato para ese indicador de la gestión de Javier Milei, sino que se trata del porcentaje más bajo desde el segundo semestre de 2018 bajo la presidencia de Mauricio Macri.  Justamente, la medición vincula la caída de la tasa de pobreza con la baja de la tasa de inflación sumado a una mejora en el ingreso per cápita familiar, que superó el ritmo de aumento de la canasta básica. Si bien los números aún no son los oficiales -el próximo informe del Indec se conocerá en septiembre-, la estimación coincide con datos que publicó recientemente la Casa Rosada, que ubicó la pobreza en el 31,7% en el primer trimestre del año. "Este es el primer Gobierno en muchos años que comienza un proceso real de baja de la pobreza", enfatizó el Ejecutivo. Pese a la mejora estadística de estos relevamientos, la realidad en la calle parece ser otra en términos de consumo y en la incapacidad para cubrir necesidades básicas.  

"En términos reales, se produjo una caída importante con respecto al primer semestre del 2024 e incluso con respecto al cuarto trimestre de 2023. Pero a veces las estadísticas no dan cuenta de todo lo que está ocurriendo. La caída es genuina, pero está exagerada en términos numéricos", opinó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA.

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Consumo real en déficit

El consumo privado continúa mostrando un desempeño dispar. En mayo, el Indicador de Consumo (IC) que elabora la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) marcó una suba interanual del 1,5%, aunque con una baja desestacionalizada del 0,4% respecto a abril. Este dato representa el crecimiento interanual más bajo del año y refleja que la recuperación del consumo aún es incipiente. Otros indicadores, como las ventas minoristas relevadas por la CAME, también alertan sobre la debilidad de la demanda interna.

En diálogo con El Cronista, Salvia explicó que "en términos reales, las mejoras en la capacidad de consumo no es correspondiente a este nivel de pobreza comparado vis a vis con lo que ocurría antes del 2024".  Y atribuye esta tendencia a una serie de factores. Principalmente, un cambio en el sistema de precios que incorpora más gastos fijos a cubrir. "Por mucho que mejoren los ingresos reales, un grupo familiar tiene la necesidad de cubrir gastos fijos en servicios de gas, luz, agua, transporte. Y estos precios han venido creciendo, lo que hace que no te alcance para los consumos corrientes", explicó. Mencionó que hubo alimentos que "han bajado por debajo del índice general de inflación", lo que favoreció a una mayor capacidad de consumo en ese rubro. Sin embargo, el deterioro en su capacidad para ahorrar disminuye "todo el resto de los otros gastos y eso se refleja en los índices de consumo"

Estrés económico

Otra cuestión que remarcó el especialista es el estrés económico, que se define como la incapacidad de cubrir necesidades básicas. Al respecto, un reciente estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA indicó que el 50% de los argentinos percibe que no llega a fin de mes ni puede ahorrar, aun en sectores medios y altos. En 2024 se mantuvo un alto nivel de estrés económico, indica Salvia, un riesgo potenciado en gran parte por la inseguridad alimentaria y/o recortes de gastos en atención médica y medicamentos. "En algún momento de 2025 hubo algún veranito dentro de ese proceso pero se cortó porque si bien los precios vienen bajando, los salarios no siguieron creciendo como lo hicieron durante el segundo semestre de 2024", detalló. 

En ese sentido, puntualizó que durante el primer trimestre del año las remuneraciones se ubicaron por debajo de la inflación. "Tenemos una clase media vulnerable", advirtió. "Tienen expectativas de consumo y de mejorar. Seguramente podrá tener más paciencia de la que ha tenido hasta acá. Pero en realidad está esperando que en algún momento llegue una situación de más empleo, mejor remuneración, con aumento de jubilaciones y en el salario mínimo", afirmó. 

Cambios en la metodología del INDEC

Por otro lado, Salvia recordó que a partir del cuarto trimestre de 2023 y durante 2024, el INDEC cambió su metodología de medición y empezó captando con mayor precisión en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) los ingresos no laborales, como los programas sociales. Según su planteo, este cambio pudo haber tenido un impacto relevante en la notoria reducción de la pobreza durante el último periodo: "Hay algunos componentes, como los ingresos que son mejor medidos que que lo que estaba registrado desde el 2023 para atrás".

"En el modelo del INDEC de pobreza, del 2016 al 2023 tuviste una captación de ingresos irregular y que tenía sus problemas. Y en el 2024 introdujiste cambios para medir los programas sociales, con mejoras en el instrumento de medición que hace que seguramente haya tenido un impacto en la captación del ingreso", desarrolló. Esto, consideró Salvia, da como resultado una tasa más baja de pobreza "no producto de que la gente tenga más capacidad de consumo, sino que estás midiendo mejor".

"En resumen, la baja está encontrando piso estructural del 30% de pobreza: tenés más capacidad de consumo de alimentos pero menos capacidad en otros bienes y servicios, producto del cambio en la estructura de precios; y tenés una mejora estadística en el índice de pobreza producto de los cambios en la metodología del Indec", completó.

Fuente: El Cronista.

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